¡Pero qué marranos somos!

     Hace unos días mi amigo Mario Cordella se pasó por la Albufera de Valencia a pajarear un poco, me mandó las fotos que ilustran esta entrada. Desde su mentalidad más centroeuropea la estampa de los canales llenos de botes de herbicidas y demás le pareció indignante. Debo decir que en esta nuestra península las mentalidades ya las vamos cambiando poco a poco y somos bastantes a los que estas actitudes también nos indigna.

Foto: Mario Cordella.

     En primer lugar, nos vamos a situar geográficamente, como decía antes se trata del Parque Natural de la Albufera, en concreto del municipio de Sueca, en la comarca de la Ribera Baja de la provincia de Valencia. La economía del municipio se basa en gran medida en el cultivo del arroz. Recordemos que el Parque Natural de la Albufera es entre otras cosas una Zona Húmeda de Importancia Internacional (RAMSAR), es Zona de Especial Protección para la Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC).

Foto: Mario Cordella.

     En la foto superior, nuestro reportero Mario Cordella nos muestra el lugar donde ha hecho las fotos, para que nadie se lleve a engaños, además podemos ver en la puerta varios envases de herbicida y demás.

Foto: Mario Cordella.

Foto: Mario Cordella.

     En las dos fotos superiores se puede ver el estado con el que corre el agua y la acumulación de envases diversos entre los que se reconocen algunos de herbicidas. Se supone que ese agua es para regar los campos de arroz, que luego alguien se comerá.

Foto: Mario Cordella.

     En las fotos de la basura se pueden leer las marcas de algunos de los productos, y se ve claramente los iconos naranja que indican que lo que contiene no es nada bueno. Entre los que se pueden leer, están:

CLINCHER, es un herbicida para el control de gramíneas en cultivos de arroz. Según el propio fabricante la toxicidad para aves es prácticamente no tóxico, para peces muy tóxico, para abejas ligeramente tóxico y para lombrices la peligrosidad es moderada. El período de carencia, es decir entre la última aplicación y la cosecha, es de 45 días. En la etiqueta pone que se evite contaminar ríos y lagunas. Después de usar el contenido ha de enjuagarse 3 veces el envase y después destruirlo.

CORNAR, es un herbicida absorvido por vía foliar, interviene en el proceso de fotosíntesis. Es utilizado para el control de plantas de hoja ancha en cultivos de cereales y pastos. En mamíferos des de baja toxicidad. En aves de moderada a baja. En abejas es prácticamente no tóxica. Y en peces ligéramente tóxico.

PG SUPERMOJANTE, es un humectante, por lo que he podido leer es un jabón, que se añade a los herbicidas anteriores para que penetre en las hojas con más facilidad. Según el fabricante la toxicidad en mamíferos y aves es baja, mientras que en peces es moderada.

Además he leído que en aguas residuales 1 gramo por litro del compuesto químico que lo forma tiene una demanda química de oxígeno elevada por lo que esas aguas residuales no puede ser tratada por métodos tradicionales de depuración.

Bien hasta ahí lo que dice el fabricante, cada uno que saque sus conclusiones del texto. 

Foto: Mario Cordella.

      Después del rollete técnico, otra imagen que vale más que mil palabras, en el cauce han puesto una barrera para que retenga la porquería, y al menos la flotante la para, otra cosa es la que va disuelta.

Foto: Mario Cordella.

     En esta imagen, el amigo Mario, captó al pescador justo detrás de la barrera de la mierda, según se ve el color del agua, me imagino el de los pobres peces que malvivan en ese canal. Supongo que luego no se comerá esos peces, si es que pesca alguno.

Sin comentarios.                         © seppo.net

     La viñeta no tiene desperdicio. Alguien la enlazó en facebook, traduciéndola de una página finlandesa, que por cierto está bastante bien, os recomiendo que la visitéis.

     Se me ocurren muchos comentarios a lo expuesto, los productos son tóxicos, en mayor o menor medida, pero tóxicos. De forma generalizada los agricultores, o no leen o no les importa (o ambas) lo que pone en las etiquetas. No existe un control por parte de las Administraciones correspondientes (Medio Ambiente y Confederación Hidrográfica, como mínimo). Hay que recordar que todas esas mierdas se echan a alimentos que luego vamos a consumir y a aguas que luego tenemos que beber, y al igual que nosotros infinidad de especies también se ven afectadas. Estas reflexiones no hacen mella en esta sociedad consumista basada en el rendimiento económico.

     Para terminar, que ningún valenciano se sienta atacado, he aprovechado las fotos de Mario, pero en muchos campos y ríos de toda nuestra geografía patria podemos ver situaciones similares.