sábado, 27 de julio de 2013

Colaborando un poco.

     Como ya he comentado en entradas anteriores, el funcionamiento del Centro de Recepción de las Dunas necesita de la colaboración desinteresada de todo el que quiera o pueda para poder funcionar. En la época que estamos, la entrada de pollos de distintas especies es habitual y constante. La filosofía de todos los que estamos vinculados a este Centro, desde la administración, hasta el último de los voluntarios es que hay que atender e intentar sacar adelante a todos los bichos que nos lleguen, aunque esto suponga un plus de trabajo que va más allá de las obligaciones del sueldo para Belén, la única persona contratada en el Centro.


     En estos momentos Belén se está haciendo cargo de una quincena de pollos huérfanos de vencejo común y el protagonista de esta entrada, que es un pollo volandero de zarcero, que trae y lleva a su casa para poder atender las peticiones de comida.

     El jueves pasamos Álvaro y yo por el Centro, y nos pidió si nos podíamos hacer cargo de alguno de ellos este fin de semana, así que por iniciativa de Álvaro nos lo trajimos el mismo jueves, para descargar a Belén de la obligación de atenderle durante unos días.


     Como Álvaro se comprometió, él es el que se encarga de dar de comer y vigilar al pequeño Pope, diminutivo de Popeye, que es como le hemos bautizado. Cada muy poco tiempo el animalito pide comida, además de tener que darle de comer, hay que sacarle de la caja, no podemos tenerle continuamente a oscuras por lo que uno tiene que hacer lo suyo y vigilar al pajarillo que aunque no se separa demasiado de su caja, puede moverse con libertad para ejercitar su musculatura.


     Ya puestos a educarle, ¿por qué no un poco de informática?. Como buen alumno le prestó una cierta atención, al menos hasta que se aburrió. Otro aspecto que le interesó mucho fue nuestro acuario, le pusimos un posadero en frente y era muy simpático ver cómo seguía con la mirada las evoluciones de los peces.



     Esta crianza a mano puede que no sea lo más recomendable por la impregnación que puede comportar, pero es la única forma que con nuestros medios podemos darle a estos huérfanos, la alternativa individual era la muerte.


     La semana que viene, ya de vuelta a Las Dunas, comenzaremos con las tareas de volver a asilvestrar a nuestro amigo Pope. Estoy seguro que Álvaro le echará de menos, pero la experiencia que ha adquirido estos días, con el compromiso de alimentar y atender al animalito estoy seguro que le marcará más profundo de lo que él cree.

6 comentarios:

  1. Que bueno que Álvaro se esté involucrando en los cuidados del zarcero.
    La impronta que los padres trasmiten a sus hijos es mayor de lo que puede parecer a simple vista.
    Enhorabuena por saber acercar lo que nos rodea a los más pequeños, estaremos en sus manos dentro de poco y de ellos depende el cambio!!

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  2. Buena labor....un ejemplo constante.
    Saludos camperos!

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  3. Bueno, pues parece que los tres os lleváis una buena dosis de satisfacción y aprendizaje. Tras este acto hay un montón de valores. ¡Enhorabuena!. Gracias por compartir esta experiencia.

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  4. Seguro que será como dices, Miguel.
    Ambos, Alvaro y Pope, saldrán beneficiados y reforzados de esta experiencia.
    Un saludo de 'Ojolince y sra.'

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  5. Que todo salga bien. Muy buena labor. Un saludo y enhorabuena.

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  6. Wonderfull articles fotos in blog, very interessante.

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