jueves, 3 de mayo de 2012

Seguimos con el cierre del CRAS Las Dunas


     De nuevo os copio una carta abierta que mi compañero y amigo Alberto Hernández Romo ha hecho circular para ver si es posible que reabran el CRAS de Las Dunas en Salamanca, el único centro de recepción de animales salvajes de la Comunidad de Castilla y León que se ha cerrado con la excusa de la crisis. Otras instituciones les han dado opciones para reabrirlo asumiendo gran parte de los gastos, pero ni aún así lo abren. Eso me hace pensar que el motivo real del cierre no es el económico.


Buitre leonado y alimoche en el CRAS de Las Dunas.

Estimado Presidente de la Junta de Castilla y León, estimado Consejero de Fomento y Medio Ambiente, estimado Director General de Medio Natural, estimado Delegado Territorial de Salamanca, estimado Jefe de Servicio Territorial de Medio Ambiente de Salamanca,


Trabajé durante muchos años como veterinario voluntario en el Centro de Recepción de Animales Salvajes C.R.A.S. “Las Dunas” de Salamanca, concretamente hasta el año 2007, cuando la Fundación Patrimonio Natural se hizo cargo de su gestión. Nunca obtuve ninguna compensación económica; pasé muchas horas operando animales y recuperándolos para finalmente, liberarlos. Para un naturalista, ver volar en libertad a un animal que se ha recuperado con tu esfuerzo y el de tus compañeros es muy gratificante.

Ahora, después de más de 15 años de funcionamiento, los responsables de Medio Ambiente de la región interrumpen la financiación del C.R.A.S. “Las Dunas”. ¿Por qué se cierra el centro de Salamanca mientras se mantienen abiertos el resto de la comunidad? ¿Por qué, si precisamente la provincia de Salamanca es una de las que atesora mayor diversidad de especies protegidas?

Junto a las labores de recuperación, conservación y sensibilización, el CRAS de Salamanca recibía alumnos en prácticas del Centro de Formación Profesional “Lorenzo Milani” y universitarios; es por ello que la Facultad de Biología de la Universidad de Salamanca, el Centro de Formación Profesional “Lorenzo Milani” y la Reserva de la Biosfera  de las Sierras de Béjar y Francia han solicitado a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente la reapertura del CRAS haciendo una propuesta para asumir su gestión y parte de los costes de mantenimiento –incluido el salario del operario-, por supuesto, bajo la tutela de la Consejería. ¿Por qué no se acepta esta oferta y, en su lugar, se cuestionan las competencias de estas instituciones en materia medioambiental? ¿No sería precisamente función de la Dirección de Medio Natural buscar o estar abierta a la colaboración con otras instituciones para dar continuidad a un servicio que se venía prestando desde hace más de 15 años, en lugar de cerrarlo?

Me considero afortunado por haber podido contribuir a recuperar y liberar cientos de animales. Por “Las Dunas” han pasado cigüeñas negras, águilas reales, azores, halcones, gavilanes, lechuzas, búhos reales, avutardas, avetorillos, cernícalos, alimoches, buitres leonados y negros, aguiluchos cenizos, laguneros y pálidos, tejones, garduñas, esmerejones y un sinfín de  animales todos con una historia detrás. Recuerdo especialmente aquella en la que un vecino de Valero casi pierde un ojo durante el rescate de un pollo de cigüeña negra en la sierra de Las Quilamas. Quizás si supieran donde y en qué circunstancias se rescató honrarían más el esfuerzo de los ciudadanos comprometidos con el medio ambiente y empezarían a valorar la preciosa labor de Las Dunas.

En los primeros años de existencia del centro, con apenas medios para trabajar, llegamos a realizar intervenciones quirúrgicas en nuestra casa dado que las condiciones del centro en invierno no eran las más apropiadas para mantener la temperatura corporal de un animal anestesiado y en convalecencia post-operatoria. Poco a poco el centro fue tomando cuerpo y los ingresos anuales rondaban los 400 animales. Sin embargo el abandono de los últimos años por parte de la Junta hacía presagiar un final dramático. Y así sucedió cuando en diciembre del año pasado no se renovó el contrato de la persona que lo atendía.

Muchas personas que recogen animales heridos ahora se preguntan qué hacer con ellos. Entiendo que lo mismo les debe suceder a los agentes medioambientales, esos buenos profesionales que velan para que se cumpla la normativa ambiental, entre ellas la de protección de especies. Creo que ambos se merecen una respuesta.


Me adelanto a considerar que su decisión será enviar los animales heridos a los centros de Zamora y/o Valladolid. Como si no tuviéramos experiencia con las dificultades y el gasto que los traslados conllevan. Un animal accidentado, lo mismo que una persona, además de un manejo adecuado necesita un tratamiento de urgencia durante las primeras horas, del cual depende su supervivencia. Una pauta incorrecta le supone, cuando menos, una mala recuperación lo que en un animal salvaje se traduce en un fatal destino. ¿Qué profesional realizará los primeros auxilios hasta su traslado a otra provincia? ¿Y en tal caso, dónde lo harían? ¿El traslado del animal herido a otra provincia será inmediato desde que el ciudadano lo entrega al agente medioambiental?  Y cuando sea el Seprona o la policía local los que recojan los animales, ¿a quién y donde los entregarán? ¿Habrá presupuesto para trasladar individualmente cada uno de los animales que se vayan entregando en plena época de actividad donde las entregas son diarias? ¿O se mantendrán hacinados y sin atención en el abandonado centro de Las Dunas hasta su traslado?

Una gran parte de los animales que ingresaban en Salamanca no necesitaban ser trasladados a Valladolid porque en la mayoría de los casos no se requería una intervención quirúrgica mayor. Con eso se evitaban los traslados y la acumulación masiva de animales heridos en el CRAS regional de referencia. Si a duras penas se lograba organizar envíos puntuales de varios animales a Valladolid ¿cómo se van a organizar trasportes casi diarios a esta provincia o a Zamora? ¿No será mucho menos costoso y más coherente contar con la colaboración de las instituciones anteriormente mencionadas para que se sigan desarrollando las labores de recepción y recuperación en el CRAS de Salamanca? ¿O pretenden dejar animales heridos abandonados en el campo, como probablemente suceda en la actualidad dado que no hay nadie que los atienda en el centro de recepción?

Es posible que no hayan tenido en cuenta estas consideraciones,  ni sean conscientes de la gran labor del CRAS de Salamanca. Se han devuelto a la naturaleza, a nuestros paisajes y los espacios donde habitamos, miles de animales que de otro modo hubieran perecido, todos ellos especies protegidas. Probablemente también hayan olvidado lo que numerosas convenciones en materia de biodiversidad y diversidad biocultural reconocen, así como la normativa ambiental y de protección de especies protegidas europea, estatal y autonómica. Los espacios naturales, sus especies y las gentes que en ellos habitan están indisolublemente ligados. Con el cierre del CRAS de las Dunas, los ciudadanos tendremos menos oportunidades de observar la fauna, de contar historias sobre ella, de atenderla y cuidarla para nuestro disfrute y el de las generaciones venideras.

Desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente tienen la elevada responsabilidad de proteger y velar por el patrimonio natural de la región. Negarse a mantener el centro de la Dunas abierto en colaboración con otros centros e instituciones sería una negligencia mayúscula, una gran pérdida para la región y sus gentes y sólo añadiría descrédito a la clase política, consecuencia lógica de algunas de sus acciones arrogantes, negligentes e irresponsables.

En cualquier caso todos debemos sentirnos responsables, ustedes desde sus cargos y nosotros como ciudadanos comprometidos. Tengo pues la esperanza de que entre todos seamos capaces de aunar los esfuerzos necesarios para que el CRAS de Salamanca comience a funcionar de nuevo.

Reciban un cordial saludo,

Alberto Hernández Romo

Colegiado nº 610 del Colegio Oficial de Veterinarios de Salamanca
Miembro de la Sociedad Española de Ornitología

2 comentarios:

  1. Hola Miguel, estoy contigo, que lastima, la carta muy pero que muy buena, que lastima si no se vuelve abrir este centro, que lastima, política y políticos, que malos que son, yo estoy contigo, sin lugar a duda, ojalá que se consiga, a trabajar para ello.

    Un abrazo.

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    1. No queda otra amigo, lo que pasa es que cuando el problema reside en algo no tangible, no ponderable, ilógico, es como darse contra una pared.

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