La llanura castellano-leonesa huele a humo

     El pasado 7 de febrero el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca (al igual que en otras provincias de esta comunidad) emitió una resolución por la que se establece las condiciones y el procedimiento para el control de la cubierta vegetal mediante limpieza y quema, por motivos fitosanitarios, de cunetas, linderas, parcelas y desagües de parcelas. (Pinchar para descargar)

     Con motivo de la previsible explosión poblacional del topillo campesino (Microtus arvalis) se autoriza a realizar quemas masivas de cunetas y linderos. En principio requiere una serie de autorizaciones administrativas. Los políticos de esta nuestra Comunidad parece que se empecinan en seguir haciendo mal las cosas en su intención de luchar contra la plaga de topillos. No es que lo diga yo, que al fin y al cabo no soy ningún experto, lo dicen gente que han estudiado el caso y han propuesto medidas mucho más sostenible que las habituales, por ejemplo Alfonso Paz, biólogo de GREFA, coordinador del proyecto de control biológico de plagas de topillo.

Estado de una cuneta después de la quema.

     Según nos explicó el experto en una interesante charla hace unos días, una quema en superfície de hierbas secas no produce la muerte de los topillos, que se refugian en sus madrigueras. Cuando el incendio pasa, salen y se encuentran su hábitat arrasado, sin alimento y sin refugio. Algunos morirán a manos de predadores oportunistas (de momento va bien), pero la mayoría se refugiarán en el campo cultivado más cercano, lo que empezará a ocasionar daños en los cultivos (ahora ya no va también).

     Si a esto añadimos que en linderos y cunetas no sólo se refugian topillos, hay todo un catálogo de insectos, reptiles, aves o mamíferos que utilizan estas zonas como lugar de alimentación o descanso, el despropósito que se está realizando en estos momentos en las campiñas castellano-leonesas resulta dramático si las cabezas pensantes de la Comunidad Autónoma echasen cuentas de la catástrofe ambiental que están empezando a organizar.

Quema del arroyo Merdero (Villoruela - Salamanca).

     Además, hemos podido comprobar que se les está llendo la mano, o diciéndolo de otro modo, como nadie controla el tema, cada uno parece que hace lo que le viene en gana. Ayer (que como era martes de carnaval no trabajé), volviendo a casa, en la comarca de Las Villas, el espectáculo era alucinante, no menos de ocho focos activos en todas direcciones. Al acercarme pude ver que uno de los más activos era el arroyo Merdero, que va desde Villoruela hasta Babilafuente donde se une al regato del Juncarejo que desemboca en el Tormes por Huerta. 

     Este arroyo contiene tres o cuatro parejas reproductoras de aguilucho lagunero. Es el hábitat ideal de polluelas y rascones que ahora estarán completamente desprotegidos. En invierno hay dormideros de escribano palustre, trigueros o pechiazules. Como decía antes, montones de insectos, anfibios o reptiles que han sido masacrados de un simple cerillazo.

     Dudo mucho que un arroyo esté dentro de los supuestos contemplados en la resolución mencionada anteriormente. Por lo tanto no debería estar autorizada su quema (culpable el cerillero) y si lo han autorizado, culpable el autorizador. ¿Dónde estaban los Agentes Medioambientales?, pues probablemente en las oficinas, que ya a estas alturas de mes se les habrá acabado la asignación mensual para combustible.

     Esta semana haremos las consultas oportunas para ver si el tema es denunciable ante el SEPRONA.